lunes, 2 de mayo de 2011

Muerte, homenajes póstumos y legado

Mistral tenía diabetes y problemas al corazón. Finalmente murió en el Hospital de Hempstead, Nueva York, a causa de un cáncer de páncreas, el 10 de enero de 1957, a la edad de 67 años, estando Doris Dana presente.
Doris Dana permaneció como albacea de la obra de Mistral y evitó enviarla a Chile hasta que no se reconociera a la poetisa como correspondía a su estatura mundial. Incluso se le llegó a extender una invitación de parte del gobierno del Presidente Ricardo Lagos Escobar, cosa que ella gentilmente declinó.
En su testamento, Mistral estipuló que el dinero producido por la venta de sus libros en América del Sur debía destinarse a los niños pobres de Montegrande, donde pasó sus mejores años de infancia, y el de la venta en otras partes del mundo a Doris Dana y Palma Guillén, quien renunció a esa herencia en beneficio de los niños pobres de Chile. Esta petición de la poetisa no se había podido realizar debido a un decreto (Decreto nº 2160) que derivaba los fondos a editoriales e intelectuales. Este decreto fue derogado y actualmente los ingresos producto de su obra llegan a los niños de Montegrande en el valle del Elqui.
La sobrina de Doris Dana, Doris Atkinson donó finalmente al Gobierno chileno el legado literario de Mistral, más de 40.000 documentos, custodiados actualmente en los archivos de la Biblioteca Nacional de Chile, incluidas las 250 cartas escogidas por Zegers para su publicación.

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